Por Juan Pablo Ojeda
En silencio, pero con enorme relevancia estratégica, México y Estados Unidos llevaron a cabo un entrenamiento militar conjunto orientado a reforzar la seguridad regional rumbo al Mundial 2026, un evento que atraerá millones de visitantes a Norteamérica. Elementos de la Armada, Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional, junto con personal del Comando Norte de EE.UU., participaron en este ejercicio de alto nivel centrado en el manejo del Sistema de Conciencia Ampliada de Dominio (EDA), una plataforma diseñada para anticipar riesgos y detectar amenazas en tiempo real.
El adiestramiento se desarrolló entre el 20 de octubre y el 7 de noviembre en instalaciones de la Secretaría de Marina, en la Ciudad de México, como parte de los acuerdos de la Mesa Redonda de Cooperación Militar Bilateral (BMCR). La misión fue clara: formar nuevos analistas capaces de operar el sistema EDA, una herramienta que se ha convertido en un punto clave para fortalecer la vigilancia conjunta en la frontera que comparten ambos países.
Autoridades militares explicaron que esta plataforma representa un salto tecnológico en materia de análisis, monitoreo y respuesta ante escenarios de riesgo. Permite procesar información al instante y ofrece una visión integral del entorno, algo especialmente útil en un contexto donde las amenazas evolucionan rápido y no respetan fronteras.
Más allá de la cooperación técnica, el entrenamiento tiene un objetivo inmediato: robustecer la seguridad en los eventos masivos del Mundial 2026, que se celebrará en México, Estados Unidos y Canadá. El enorme flujo de personas y la complejidad logística del torneo requieren herramientas y equipos coordinados que puedan actuar con rapidez y precisión.
Durante las jornadas, los participantes realizaron simulaciones operativas, análisis de escenarios fronterizos reales y ejercicios prácticos orientados a mejorar la interoperabilidad entre las Fuerzas Armadas de ambos países. Además, hubo intercambio de experiencias técnicas para homologar criterios y fortalecer la capacidad de reacción en situaciones que comprometan la estabilidad regional.
Las autoridades de ambos lados de la frontera reportaron que el programa cumplió todos sus objetivos y subrayaron que este tipo de ejercicios respetan plenamente la soberanía de cada país, al tiempo que construyen un puente de colaboración basado en reciprocidad, responsabilidad compartida y confianza mutua.
En un mundo donde los riesgos son cada vez más complejos, sistemas como el EDA —y la preparación conjunta para operarlos— se han vuelto indispensables. Con la conclusión de este entrenamiento, México y Estados Unidos avanzan hacia una frontera más segura y hacia la organización de un Mundial con estándares reforzados de protección para ciudadanos y visitantes.
